martes, 7 de mayo de 2019

IKEBANA

Esta mañana, toda inocente yo, le mande a mi maestra de chikung, una foto de un ramillete de flores, de esos que hago yo a miles porque cada vez que salgo al campo, no lo puedo resistir. Me llaman las flores silvestres, sus colores, sus aromas, su diminutez a veces. Tomo prestadas unas cuantas y las dispongo en otros diminutos floreros por toda la casa. 
A veces las cuelgo bocabajo para que se sequen y me acompañen año tras año, hasta que anidan tanto polvo que ya  ni colorido ni nada, y mi Alvarito no para de estornudar cuando pasa a su lado.
El caso es que mande a nuestra querida Pantha una foto de uno de esos, porque lo inicie con unas flores de lavanda que me regaló ella. y va y me contesta: 

Qué hermoso ikebana !!!

Me quede perpleja, y para cerciorarme que viniendo de Pantha, solo podía ser algo bueno, me afane con la wikipedia.
Se me abrió todo un mundo desconocido para mi, aunque secretamente admirado y anhelado, el del arte floral japonés. 
Reproduzco fielmente la primera definición encontrada:
Ikebana: arte de disponer las flores de forma decorativa, generalmente en grupo de tres clases distintas, según una antigua tradición japonesa para transmitir una idea místico-religiosa de perfección..

Ikebanando me quede, volando más allá de esas nubes que se despeñan por el Montgo de mi ventana, con una satisfacción llenando todo mi ser espiritual y terrestre por haber encontrado semejante sentido a mis impulsos silvestres. Porque tengo más.. y ahora , que saber es vigorizante. Salir de la ignorancia , encontrar significado a cosas que haces maquinalmente, es hermoso.
Ayer vi un documental de esos que llenan mis carpetas en busca de algo mágico que ofrecer a los espectadores de nuestro certamen : "En quête de sens", en busca de sentido. 
Y todo de repente encaja perfectamente, entre lo que amuebla mi cabecita buscando darle sentido al camino vivido y lo que mis manos con torpeza juntan para recrear nuestra vista, hasta encontrar una armonía en la forma, el color y lo que me sugiere la composición.
Ikebana.. saboreo la nueva palabra como si de un caramelito chupado se tratará.
Me siento tan orgullosa como  Freya, la gata de los siete mares,  cuando viene a enseñarnos una nueva captura.
A partir de ahora seguiré tejiendo pacientemente mis sempiternos ramos, con un nuevo cometido: intentar transmitir mi idea de la perfección.