miércoles, 13 de noviembre de 2019

España dolorosa

Felipe Ramos Portela, mi abuelo
No me deis lecciones de España. 
Tengo metida España en el tuétano desde que nací.
Una España que duele, incomoda. 
Que, al nombrarla, le hacía torcer el gesto a mi padre, apretar los labios, ensombrecer la mirada.
Una España cruel e inquisitiva, que persiguió a mis abuelos y les hizo cruzar la frontera.
A principios del siglo pasado. Por nada, por nada. 
¿ Cómo iban a ser peligrosos estos "braceros", que no sabían ni leer ni escribir, con sus manos callosas y su azada por única arma?
Que creían firmemente en la no violencia .
¿qué terrible crimen dictó su destierro? 
Desde su humildad, se atrevieron a abrazar otra religión que no era la impuesta por la dictadura de turno.
No quisieron renunciar, ni doblar la espalda, ni arrodillarse frente a un dios en el que no creían. 
Orgullosos, conscientes de su dignidad, analfabetos, absolutamente inofensivos.
Así que no me deis lecciones de España.
Liberto Ramos Albornos, mi padre
Mi padre no pudo volver en busca de sus raíces. La guerra civil diezmó a su familia. 
Pasaron muchos años hasta que pudo  cruzar la frontera. Cuando lo hizo, se le quedó el gesto en suspenso, le falló la voz , no sabiendo como contener la emoción.
Yo, hija de Liberto Ramos , naturalizado francés a los 14 años, de cuyo acento todos se reían al escucharle hablar, llevo desde siempre una España  dolorosa en el pecho.
Petra Ramos Albornos, mi tía
No necesitada de oriflamas ni de grandes diatribas, ni de brazos en alto 
Una España con sus gentes, buenas, tranquilas, a las que les gusta juntarse en tabernas, y disfrutar de buena compañía. 
Gente solidaria, hospitalaria.
Gente que quiere un techo dónde cobijarse, un trabajo para mantener a sus familias, y poderlo compartir con otros, quienes, igual que muchos de su familia, tuvieron que emigrar y buscarse la vida en otro lugar.
Que quiere poder hablar su lengua sin ser criticados por ello
España no es vuestra España, gentes del brazo en alto.
La España que duele, también es nuestra.